13 julio, 2009

Mi profe del insti III

Buenas a todos aquellos que siguen pasandose por aquí.

La verdad es que hace tiempo que no escribo, por lo que no se muy bien como va a salir este texto. Pero como ya comenté, me apetecía volver, y aunque lo he hecho muy poco a poco, tengo que reconocer que las palabras de 'humeda' me han animado bastante. :-)

Vuelvo con un texto bastante ligero. ¿Recordais los textos de "Mi profesora I" y "II"? En aquella época, yo tenía 18 añitos escasos. Estaba de oyente en clase, que es una manera fina de decir que aunque asistia a clase e intentaba estudiar, tampoco es que lo hiciera con muchas ganas, ya que mi único objetivo era volver a presentarme a Selectividad, a ver si con la suerte y la flauta esa que suena de vez en cuando, me subía la nota.

Como ya he contado en anteriores relatos, la profesora de la que hablo me tenía bastante pillado. Vale que no era un bellezón, pero tenía un morbazo que a mi personalmente me atrae mucho más que unos pechos perfectos o un culo de ensueño. Si mientras estas en la cama, y vas introduciendo la polla lentamente, ella se gira y te mira con una sonrisa pícara, personalmente me deshago. No hace falta ni que siga. Me corro inmediatamente. Si mientras estoy en un restaurante se separa brevemente la camisa para dejarme entrever un pezón, y me mira, se me endurecen de tal manera los pantalones que no puedo levantarme en un buen rato.

Yo estaba totalmente pillado. En clase, mientras todos atendían a las lecciones (los chicos, además, atendían a otras cosas que ya he nombrado), yo solía poner las manos bajo el pupitre. No me masturbaba, pues no era cuestión de que algún compañero o compañera se girase y me viese, pero si me acariciaba por encima del pantalón, notando como la erección que ya tenía desde el principio de la clase se mantenía hasta el final de la misma, dejandome en un estado febril que solía durar hasta la noche, cuando podía aliviarme.

Una de las cosas que más recuerdo es que en Navidades la profesora tuvo un accidente, creo que esquiando, y se torció la rodilla. No creo que fuese muy grave, pues para las vacaciones de Semana Santa (si mi memoria no me falla), ya estaba curada. Pero eso no impidió que se tuviese que pasar unos cuantos meses con la pierna escayolada. Eso hacía mas dificil el poder disfrutar del morbo, ya que sus movimientos eran mucho más aparatosos, pero aún así, siempre encontraba la manera de destacar.

Uno de los exámenes que tuvimos para evaluar nuestro rendimiento (yo no tenía obligación, pero aún así, los hacía), tuvo lugar en el salón de actos del instituto. No recuerdo la razón, pero no podíamos hacerlo en clase, por lo que nos llevó a dicho salón, cogimos las maderas que nos permitían apoyarnos para escribir y comenzamos el examen. La verdad es que a mi no me apetecía nada hacerlo, y menos desde que no había posibilidad ninguna de disfrutar del morbo, por lo que me senté en una de las butacas de delante del salon de actos, para en cuanto pudiera, escaquearme con el primer alumno que saliese. No me imaginaba que al final tardaría tanto en salir.

La profesora, con la pierna escayolada, se había puesto una falda corta de color negro, de las de vuelo libre. Como tenía la pierna escayolada, otra profesora vino a ayudarle, para entre las dos vigiliarnos y ayudarnos cuando tuviesemos dudas. Así que comenzamos el examen, y nuestra profesora, no pudiendose mover, se sentó en el escenario, mirando en nuestra dirección, y apoyando la pierna escayolada en una banqueta. Y comenzó a jugar.

Recuerdo que fue un examen muy tenso. Yo la tenía justo delante, y a cada movimiento que hacía con las piernas, intentaba entrever cualquier cosa que pudiese, que me dejase. La falda negra no ayudaba, pues escondía la luz que pudiese llegar, y me impedía ver todo lo que yo quería. Cuando la otra profesora estaba con ella, nos daba la espalda a los alumnos, mientras hablaban, y eso hacía que la primera jugase con las rodillas, abriendolas lentamente mientras mantenían una conversación, disimulando ante ella. Cuando la otra profesora era requerida por algúno de los alumnos y esta se dirigía hacia allí dandole la espalda a mi profesora, esta abría las piernas un poco mas, consiguiendo que mi corazón latiese a todo pastilla, y mi entrepierna se levantase más si era posible.

Recuerdo que en un momento metí la mano en el bolsillo. Mi polla estaba tan dura que con el dedo era capaz de acariciar el capullo sin mover mucho la mano, y eso estuve haciendo, mientras mi mirada no podía separarse de sus muslos. Era hipnótico ver como se abrían y cerraban, como cuando parecían a punto de enseñarmelo todo, se mantenían para luego ocultarlo de nuevo tras las sombras de las luces. Mi polla crecía y humedecía mi calzoncillo, y notaba como me palpitaba la mirada. Y cuando en uno de esos momentos logré vislumbrar algo mas claro que el resto, me corrí. No quería hacerlo, quería mantenerme, como solía hacer normalmente. Pero no pude. Una caricia de más, y noté como comenzaba a mojar el pantalon vaquero, como no podía resistirme y un chorro enorme de semen llenaba mis calzoncillos, abrumado por el deseo.

No tuve más remedio que salir del salón para limpiarme antes de que se notase, pues me quedaba bastantes horas en el instituto todavía, colorado por la excitación, mientras entregaba un examen casi en blanco. Y me pareció ver una sonrisa en sus labios.

Un beso y un guiño cómplice.

6 comentarios:

Nikita dijo...

mmm me ha gustado encontrarte y que tú también me hayas descubierto.
Volveré por aquí.
Besazo

Mantis dijo...

Bueno, no soy de Valencia, no te sirvo para que me fotografíes ni nada de lo que en el post anterior solicitas, pero.. creo que me va a alentar bastante leerte..
Yo recuerdo un profesor...mmmmm gracias por activarme la mente, bueno.. a mi también, para qué engañarte?
Nos vemos, leemos, presentimos.. o lo que quieras..
Una caricia en tu entrepierna..

Mi rincon secreto dijo...

Encantado de que ambas os paseis por aquí.

Nikita:
No te preocupes, que pasaré por tu blog a menudo. La entrada de Me gusta el sexo me encantó.

Mantis:
Jajaja... bueno, hay muchas maneras de jugar con el morbo. Y recibida la caricia... mmmm...

humeda dijo...

es que no me vas a contestar al e-mail?.. :(

Mi rincon secreto dijo...

No he recibido ningun mail :-(

Y ganas tengo, la verdad... :-)

Reenvíamelo, a ver que ha podido pasar... La dirección es morbologo@yahoo.es

Jo...

Morbologo dijo...

Humeda... no he recibido ningún mail todavía. No se si es porque no lo he recibido o porque no lo has enviado.

De todas formas, un besazo muy fuerte entre las piernas...