02 octubre, 2006

Y una tarde de septiembre... II

[Relato escrito a medias con Petalos de Rosa Amarilla]

Nervioso, recorrí todo el trayecto en tren. Llevaba una revista de pasatiempos (siempre que viajo en tren llevo una revista de pasatiempos) y un libro... "El quinto día". Tenía intención de pasar el largo trayecto lo mas rapidamente posible, pero cuando abrí la primera página del libro, me di cuenta de que no podría leer ni una hoja por los nervios.

Llevabamos meses hablando por el msn, enviandonos correos y cruzando comentarios en los blogs. Yo, a menudo, ponía una webcam que se veia correspondida con fotos de su cuerpo, y durante bastante tiempo incluso dude que fuera una mujer la que al otro lado de la pantalla escribia (historias, se escuchan muchas).

Un día hablamos por teléfono. Estuvimos horas hablando. Y lanzamos risas, chistes, comentarios, nervios, palabras con dobles sentidos y caricias. Y los deseos se cruzaron a traves de los moviles. Yo guiaba sus dedos por su cuerpo, y ella acariciaba el mio con su voz. Y la noche acabo con gemidos y suspiros, con sabanas y semidesnudos, con hasta luegos suaves y sinceros.

Llegue a Atocha y baje del tren. Una inmensa cantidad de gente iba en la misma dirección que yo, y guiandome por su prisa, les seguí a traves de los caminos que los andenes iban delimitando. No podía hacer otra cosa. La única imagen de RosaAmarilla en la que aparecía su rostro desfilaba entre las eroticas imagenes que, foto a foto, había ido dejando en mi buzón de correo electrónico. Y el poco recuerdo que permanecía indemne entre tanto deseo, su pelo, había cambiado ante una reciente visita a la peluqueria. Así que, realmente, no disponia de ningun medio para localizarla, y como unica opcion tenia el nº de movil al que había llamado cuando el deseo quiso que nos conocieramos.

Decidí esperar un poco mas. Sabía que ella si que conocía mi rostro, y prefería que a pesar de los nervios, fuera ella la que decidiera asomarse o no a mi mirada. Así que decidí esperar, mientras observaba a mi alrededor.

A los pocos segundos, noté como una mujer se acercaba mientras levantaba la mano y me sonreia. Se le notaba nerviosa, igual que a mi, y ver su nerviosismo como espejo del mio me hizo sonreir. Sonreir picaramente. Le guiñé un ojo, para confirmarle que era yo, para tranquilizarla y, sobretodo, para darme confianza a mi mismo.

Nos miramos y nos saludamos. Ella me enseño su ciudad. Recorrimos calles, parques, monumentos... y cerramos los ojos ante fuentes mientras nuestras monedas recorrian la distancia hasta el agua, para hundirse con un sonido seco.

Finalmente, nos paramos en una cafeteria.

Durante todo el paseo, habiamos estado hablando de los lugares que ella me enseñaba. Las bromas, las sonrisas picaras, los leves momentos de contacto... todos esos momentos habian pasado. Ahora, cara a cara, con tan solo una mesilla redonda y dos cafes entre nosotros, nuestras miradas se cruzaron, y el silencio llenó nuestros labios con un golpe estruendoso.

Le mire.

Me miro.

Con un leve suspiro, dejé que mis palabras salieran suavemente.

- Te deseo.

- Lo se.

- Sabes que no puedo quererte.

- Si.

- Entonces, ¿que vamos a hacer?

- Vas a follarme.

Me quede en silencio. Nos quedamos en silencio. La mire a los ojos, fijamente. Le conteste, aunque no hubiera sido una pregunta.

- Si.

Nos levantamos a la vez. Pagamos, y salimos de la cafeteria. Ya había oscurecido. Giramos hacia la derecha, no se porque. Simplemente, creo que nos pareció perfecto. No dimos dos pasos. Nos besamos apasionadamente, mordiendonos los labios, y penetrandonos con la lengua, mientras nuestras manos recorrian nuestros cuerpos a traves de la ropa.

Tropezamos. Mientras nos atacabamos con pasión, tropezamos con la pared, y continuamos frotandonos. Mi pierna se coloco entre las suyas, mi polla se subio a su muslo, mientras mi ingle notaba el calor humedo de su coño a traves de los pantalones. Con los dedos de una mano, aprisionaba los dedos de la mia, mientras la otra acariciaba freneticamente mi cabeza, acercandome mas a su boca. Con la mano libre en su espalda, apretaba hacia mi su cuerpo, consiguiendo que incluso las rapidas inspiraciones que haciamos se transformaran en apasionadas caricias con los pechos, mientras con los ojos no dejabamos de mirarnos a escasos centimetros, fijamente, sin pestañear...

Sigue en PetalosDeRosaAmarilla.

Un besazo y un guiño complice.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Niño que era el quinto ojo,jajaja no te acuerdas de la foto del ojo por la que le cambié el título....jajajaj. ´Sobre lo demás no coments....

Anónimo dijo...

Menuda respuestitaaaaaa!!!! Me ha gustado mucho :D

Anónimo dijo...

Juer Morbologo, triunfaste, campeón.

Anónimo dijo...

Umm si es que para qué perder el tiempo viendo monumentos y cosas de esas???

Anónimo dijo...

Ya andaba yo intrigada pa ver q ponias, desde q ella conto la historia

Eso si q es aprovechar el tiempo

Un besito

Anónimo dijo...

Pues sí, he de decir que hace usted honor a su nombre!

(propósito de enmienda de marguerite: no entrar aquí mas, no entrar aquí mas, no entrar aquí más....)
(hormonas de marguerite: JA-JA Y JA)

esto... hasta otra...
muás

Mari Carmen dijo...

Ayyy no, ahora no lo dejes ahi!!! Ainnnsss!!! Y pa colmo voy a la pagina de rosita, y no ha escrito la continuación!!! Ainnnnnsss!!!
Besotes

Mi rincon secreto dijo...

Amaranta:
XD
Lo mal que se lo hice pasar al librero. XD
"Que era el quinto ojo, estoy seguro"
"Pues a mi no me viene nada"
"En serio, estoy completamente seguro"
XD

{Explo}:
Me alegro muchisimo. Espero poder seguir contestando respuestas como esta.

alfredoni:
Bueno, ya habras visto el resto ;-)

Lucia:
Jajajajajaja.... además... era de noche XD

Yahoraquebonita:
Espero que te haya gustado tanto como a mi escribirla.

Marguerite Gaultier:
No lo vas a conseguir... y lo sabes ;-D

Afrodita:
Bueno... tecnicamente si que ha escrito una continuacion ;-)